Si eres autónomo y te preguntas cómo funcionan las retenciones de IRPF, este artículo resolverá todas tus dudas. El sistema tributario español establece tres métodos diferentes para calcular y retener este impuesto: estimación directa, estimación directa simplificada y estimación objetiva (módulos).
Elegir el sistema correcto no solo te ahorrará problemas con Hacienda, sino que también optimizará tu carga fiscal. A lo largo de esta guía completa, analizaremos cada modalidad, sus requisitos, ventajas y cómo aplicarlas correctamente en tu actividad.
Además, te explicaremos paso a paso cómo cumplir con tus obligaciones trimestrales y anuales, evitando sanciones y maximizando tu rentabilidad. ¡Empecemos!
El Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) grava los ingresos obtenidos por los autónomos en el ejercicio de su actividad económica. A diferencia de los empleados por cuenta ajena, los autónomos deben calcular y retener este impuesto ellos mismos.
El sistema de retenciones funciona como un adelanto a cuenta de lo que finalmente pagarás en tu declaración anual. Esto significa que las retenciones que practiques durante el año se descontarán del total a pagar (o sumarán a tu devolución) cuando presentes la renta.
El régimen fiscal español establece tres métodos diferentes para calcular las retenciones de IRPF, cada uno con sus propias características y requisitos. Veamos en detalle cada uno de ellos:
Este es el sistema más completo y detallado, obligatorio para autónomos cuyos ingresos superen los 600.000€ anuales. Requiere llevar una contabilidad completa con registro de todos los ingresos y gastos.
Es una versión menos compleja del anterior, aplicable a autónomos con ingresos inferiores a 600.000€. Permite ciertas simplificaciones contables y en el cálculo de gastos deducibles.
Conocido popularmente como "régimen de módulos", calcula el rendimiento en función de indicadores objetivos como superficie del local, potencia eléctrica o número de empleados. Tiene límites de ingresos y exclusiones por actividad.
Característica | Estimación directa | Estimación directa simplificada | Módulos |
---|---|---|---|
Límite de ingresos | Sin límite | Menos de 600.000€ | Menos de 250.000€ (general) |
Contabilidad requerida | Completa | Simplificada | Muy simplificada |
Modelo de pago | Modelo 130 | Modelo 130 | Modelo 131 |
% retención en facturas | 15% (general) | 15% (general) | No aplica |
Gastos deducibles | Todos los justificados | Todos los justificados | Según módulos |
Este régimen es el más utilizado por la mayoría de autónomos, ya que combina cierta flexibilidad con requisitos contables asumibles. Vamos a desgranar todo lo que necesitas saber sobre él.
Para poder aplicar la estimación directa simplificada debes cumplir estos requisitos:
Cuando facturas a otros empresarios o profesionales, generalmente debes aplicar una retención del 15% (7% para nuevos autónomos durante los 3 primeros años). Este porcentaje se calcula sobre el importe total de la factura antes de IVA.
Ejemplo práctico: Si emites una factura de 1.000€ + 21% IVA, la retención sería de 150€ (1.000€ x 15%). El cliente te pagaría 1.071€ (1.000 + 210 IVA - 150 retención).
Trimestralmente debes presentar el modelo 130, donde declaras tus ingresos y gastos del periodo y pagas el 20% de la diferencia (rendimiento neto). Este pago se considera un anticipo de tu IRPF anual.
El sistema de estimación objetiva, conocido como módulos, es el más sencillo administrativamente pero tiene importantes limitaciones. Analicemos sus características principales.
Para acogerte a este régimen debes:
En este sistema no se realizan retenciones en facturas. En su lugar, se pagan anticipos trimestrales mediante el modelo 131, calculados aplicando un porcentaje sobre el rendimiento neto estimado:
La elección entre los distintos regímenes depende de múltiples factores. Estos son los aspectos clave a considerar:
Antes de decidirte, realiza una simulación con tus datos reales o estimados bajo los diferentes sistemas. Una hora con un asesor fiscal puede ahorrarte mucho dinero a lo largo del año.
Uno de los aspectos más importantes como autónomo es cumplir con los pagos fraccionados. Vamos a explicar en detalle cómo funcionan estos modelos.
Se presenta trimestralmente (abril, julio, octubre y enero) y en él declaras:
Se paga el 20% del rendimiento neto. Si el resultado es negativo (pérdidas), no se paga pero tampoco se compensa.
También es trimestral pero el cálculo es diferente. Se aplica el porcentaje correspondiente (2%, 3% o 4%) sobre el rendimiento neto anual estimado, dividido en cuatro pagos iguales.
Existe una importante excepción para los autónomos en estimación directa simplificada: si más del 70% de tus ingresos proceden de facturas con retención, no estás obligado a presentar el modelo 130.
Todos los sistemas de retención convergen en la declaración anual, donde se calcula el impuesto definitivo y se compensan los pagos realizados.
Gestionar eficientemente tus retenciones puede mejorar significativamente tu flujo de caja. Estos consejos te ayudarán:
Muchos autónomos cometen los mismos errores año tras año. Conocerlos te ayudará a evitarlos:
Los autónomos en módulos deben presentar trimestralmente el modelo 131, donde adelantan el pago del IRPF mediante pagos fraccionados. El porcentaje aplicable depende de tu situación:
Este porcentaje se aplica sobre el rendimiento neto anual estimado según tus módulos. Es importante destacar que estos pagos son anticipos a cuenta de tu IRPF anual, que se regularizará en la declaración de la renta.
El cálculo en estimación directa sigue estos pasos:
Ejemplo: Si en un trimestre facturas 10.000€ y tienes 4.000€ en gastos deducibles, tu rendimiento neto es 6.000€. El pago fraccionado sería 1.200€ (6.000 x 20%).
Las retenciones aplicables dependen de varios factores:
Generalmente no. Los cambios de régimen suelen hacerse efectivos al inicio del año natural. Excepcionalmente, si superas los límites de ingresos de tu sistema actual, estarás obligado a cambiar.
La deducibilidad varía significativamente: